¡Tu carrito está actualmente vacío!
Autor: kdehueso@gmail.com
Felipe
Felipe es un personaje alienígena que creé en 2018. A lo largo de dibujos varios, cómics, fanzines y demás parafernalia he ido descubriendo su historia de aterrizaje a la tierra.
Accidentalmente influenciado por Gurb, de Sin noticias de Gurb, protagoniza varias historietas.
Su primera historieta fue el fanzine Felipe en el reino de la mundanidad, una historieta dispersa que solo publiqué en digital (2018).
Entre 2020 y 2022 fui haciendo viñetas de diversos temas felipescos que recopilé en un fanzine llamado Felipe en la niebla
Felipe también ha sido centro de merchandising nunca publicado (salvo unos imanes chusteros que sigo teniendo). Recientemente es motivo de carteles y otros proyectos derivados.
Días Contados
«Una novela corta, de lectura sencilla y directa que sin embargo abarca algunos de los grandes temas universales de la literatura. Amor, duelo o deseo, la aceptación de uno mismo o encontrar tu lugar en el mundo. Un relato con lenguaje muy personal y un camino común que une el amor por la música».
Publicada por la editorial Distrito 93.
Consíguela aquí
Tipografías de Bilbao
Fanzine recopilatorio de fotografías y tipografías vectorizadas del proyecto-archivo Tipo Bilbao que realicé a lo largo de 2022.
Este proyecto combina fotografías de cartelería de negocios locales de Bilbao que desafortunadamente están desapareciendo por la unificación de la imagen de los negocios en las ciudades y la pérdida de tejido local de comercio.
Para complementar este proyecto, vectoricé algunas de las letras que aparecen en estos carteles.
En la parte interior del fanzine hay un cartel tamaño A4 que se puede colgar con las tipografías vectorizadas.
Formato A4 doblado, blanco y negro.
As (not) seen on Maps (vol.2)
Segunda parte del proyecto de fanzine As (not) seen on Maps.
Este proyecto nació en 2020 con la intención de rastrear lugares a los que la pandemia no dejaba acceder por la restricción de movilidad. En 2024 la intención se ha resignificado, no se puede viajar porque no se tiene dinero.
Propongo entonces un viaje por lugares a los que nunca podré viajar con una cámara que tampoco me pertenece.
Una mezcla de fotografía callejera, fotografía callejera y voyeurismo de lo cotidiano.
Fanzine A5 en color.
Abecedario felipesco
Proyecto de diseño y dibujo basado en el reto de diseño «36 days of type».
Este reto consiste en crear un abecedario a lo largo de un mes con técnica libre.
En mi segundo año de participación he creado un abecedario con motivos humanos basado en la figura antropomorfa de mi alienígena de cómic, Felipe.
El abecedario ha consistido tanto en la creación o adaptación de las letras de forma analógica, digitalización, adaptación, corrección y la creación de un póster, además de aplicaciones externas como camisetas o láminas originales a la venta.
Muestra de las letras creadas
Muestra de cartel abecedario
En Patreon he hecho además un artículo de pago en el que detallo el proceso de creación del abecedario, las referencias que he utilizado y mis opiniones de la experiencia.
Proceso artístico de marzo: Cómo hice una tipografía corporal de Felipe | Patreon
Por último también os enseño dibujos de descarte del mismo proyecto que he utilizado simplemente para pasarlo bien (aunque me lo he pasado bien todo el tiempo).
Peliculitas de vampiros
Este fanzine que maqueté finalmente en febrero de 2025 es en realidad una recopilación de carteles.
A modo de diario de lecturas traigo el primer volumen recopilatorio de las peliculitas de vampiros que he visto y dibujado en forma de cartel desde 2023.
Trae todos los carteles que he hecho hasta ahora con las reseñas de las películas y la ficha técnica.Formato A5 blanco y negro.
Muestra impresa
Ejemplos de carteles del interior (2023-actualidad)
Hello world!
Welcome to WordPress. This is your first post. Edit or delete it, then start writing!
Fanzine Bandera Blanca
«Bandera Blanca» es mi primera iniciativa editorial con respecto a mis textos escritos y publicados.
Es, en esencia, una antología de relatos breves como resultado de una práctica de escritura que realicé entre los años 2017-2019 y que se llamó originalmente «31 caras», con motivo de desarrollar diferentes perfiles de personajes de ficción en perfiles pequeños, de apenas unas páginas de escritura.
El eje que atraviesa a estos relatos es la aceptación de la derrota, y por ello escogí los relatos «¿Podría Tasio dedicarse al pugilismo?», «Por eso yo, hija, recuerdo» y «Trincheras sumergidas», el último de los cuales se ha publicado de forma inédita en este fanzine, que abarcan el modelo de perfilar a través de pequeñas escenas.
A los propios textos se le añade una maquetación originalmente realizada a mano con máquina de escribir, una regla de letras con la que hice la portada, recortes de revistas antiguas y mis propios dibujos, queriendo mantener al menos en la realización del original, los procesos orgánicos de un fanzine, esto es, collage y un fotocopiado posterior.
La tirada del fanzine se ha limitado a una única edición de 30 copias. La experiencia de la edición me ha permitido además, experimentar con la identidad gráfica a través del escaneo de algunas portadas y títulos hechos a mano.
Fanzine As (not) seen on Maps.
El fanzine «As (not) seen on Maps.» fue el resultado editorial de un trabajo de archivo de fotografías tomadas a modo de captura de pantalla en los recorridos que realicé por países ubicados en Europa del Este y concretamente en los Balcanes. Como puede leerse en el interior, aquí se encuentra la justificación o statement del fanzine que presento. El fanzine se encuentra disponible de acceso gratuito a través de la plataforma Issuu.
¿Qué motiva a alguien a recorrer de forma intensiva Google Maps como si estuviera viajando realmente? ¿Es Google Maps una cámara y no una galería viviente de fotografías? ¿Se puede entender un contexto geográfico a partir de un viaje en Google Maps?
Estas son algunas de las cosas que me hacen pensar mientras repaso mis andanzas por Google Maps en los últimos meses. Aunque el uso de Google Maps por fotógrafos para capturar nuevas imágenes no es un concepto novedoso (podéis encontrar perfiles en Instagram que incluso captan cuestiones muy concretas de esta fotos, como barrios o retratos) no es, desde luego, mi motivación a la hora de acceder a las fotografías de Google Maps.
Durante el confinamiento, algunas de las lecturas que estaba haciendo en ese momento, sobre todo asociadas a patrimonio y lugares en guerra me hicieron interesarme mucho por ver cómo ciertos territorios existían en la actualidad, más allá de los artículos o de la propia interacción con el lugar. ¿Cómo será viajar a Belfast, que tiene un muro que parte la ciudad en dos?¿O a Nicosia, a los que les separa una valla metálica?¿Cómo será viajar a zonas donde la Guerra de los Balcanes impactó de forma determinante?
Lo que descubrí fue que mi teoría se confirmaba cuando me adentraba en zonas conviviendo con la posguerra o con violencias patrimoniales presentes. Por ejemplo, cuando viajé en Vukovar con Google Maps, pude ver a través de los saltos temporales que hacen las imágenes, ver cómo edificios con metralla de la guerra eran reconstruidos con fondos europeos.
Pero por encima de todo ese interés histórico, algo que descubrí, de la mano con el sentido fotográfico y la sensibilidad, fue que de esas cotidianidades ubicadas en latitudes extrañas (para mí) se pueden generar imágenes bellas, agradables, que evoquen emociones cotidianas a cualquier coordenada.
Recuerdo cuando me pasé un buen rato enseñándole las fotos a amigos como si fueran mis propios recuerdos. Asimilarlas como mías me hizo plantearme que quizá merecía la pena compartirlas.
As (not) seen on Google Maps es un intento de acercarme a lugares que de alguna forma he querido viajar o conocer, pero que ahora más que nunca son inaccesibles para mí. Y precisamente por esa mediación digital que ofrece caras borrosas, bugs y errores de continuidad en la imagen, es por lo que para mí hay algo de archivo en este fanzine producido a lo largo de 2020.
Mujeres y museos (I): ¿Dónde han estado las mujeres artistas?
Al final de la década de los ochenta, las Guerrilla Girls, un grupo de activistas feministas y antirracistas, denunciaban por medio de affiches la poca presencia de mujeres artistas en el Metropolitan Museum of Art (MET), con respecto a la aparición de desnudos femeninos en las obras del mismo museo. Este cartel podría reflejarse en cualquiera de los grandes museos del mundo, considerando las estadísticas, no muy cuantiosas, que tenemos en este aspecto.
El National Museum of Women in the Arts (NMWA), uno de los museos más importantes del mundo en cuanto a arte realizado por mujeres se refiere, recoge en un apartado de su página web, hechos relativos a la presencia de las mujeres en el ámbito del arte.
Hechos tales como que el trabajo de mujeres artistas representa solamente entre un 3-5% de las colecciones permanentes de EEUU y Europa, y un 34% en los museos estatales de Australia. Que tres de los grandes museos de arte a nivel mundial como lo son el British Museum, el MET o el Louvre de París, nunca han tenido directoras mujeres. En el caso español, los grandes museos se reservan también sus grandes puestos; tan sólo el Reina Sofía ha tenido directoras mujeres (si bien es cierto que mujeres dirigen otras áreas de menor responsabilidad o museos de tallas medianas).
El hecho es claro. La presencia de las mujeres trasciende la reflexión de artista como productora y su representación. “Lo verdaderamente transgresor no es conformarse con estar representadas y visibles, lo transgresor es atreverse a transgredir la herencia cultural”.
Una herencia cultural que ha sido vilipendiada a lo largo de los siglos por instituciones y personajes que menospreciaron el trabajo de las mujeres hasta hacerlo pedazos, hasta hacerlo desaparecer. En todos los contextos históricos han existido excusas para invisibilizar mujeres; si en el siglo XIX los varones blancos y burgueses consideraban a sus mujeres meros objetos, en el siglo XX los mayores éxitos de las mujeres culminaban cuando ellas se «llegaban a parecer a hombres».
Esta herencia ha sido recuperada a trozos, mal o tarde, haciendo que, a día de hoy, fuera de los círculos de historiadores, no tengamos referencias de grandes ejemplos de mujeres artistas, menos aún que hayan conseguido éxito por medio de su trabajo artístico y no por la dramatización de su biografía. Esta falta de referencias, por otro lado, no quiere decir que estas mujeres no hayan existido o que no tuvieran reconocimiento, sino que la historia las ha condenado al olvido. De hecho, los movimientos para la representación del arte en los museos, ya fuera mediante las Guerrilla Girls o por otros movimientos como la segunda ola del feminismo, han dado resultados más que sorprendentes, pero para nada inesperados. En el libro “el protagonismo de las mujeres en los museos”, Asunción Bernárdez Rodal nos habla en uno de los capítulos introductorios sobre este tema precisamente, y pone sobre la mesa soluciones que hoy vemos a la vista de todos.
Desde la mirada con una perspectiva de género de los fondos de mujeres, hasta la apertura de museos de todas las índoles dedicados al trabajo de las mujeres, museos dedicados al arte creado por las mujeres con ejemplos tales como el NMWA, el Fem Art Museum de Amsterdam o el Museo de Artistas Mexicanas, por no hablar de todas las colecciones privadas que ya contarán con grandes y completas remesas de artistas entre sus filas. O iniciativas tales como la del NMWA, que en 2017 planteó el reto “Can you name #5WomenArtists?” donde más de 520 organismos nacionales e internacionales, además de 11.000 individuales se unieron a esta campaña para difundir la obra de mujeres artistas.
Si es un hecho que las obras de arte han existido, si es otro que los movimientos de empoderamiento han sacado a la luz cantidades ingentes de obras, la pregunta es: ¿dónde han estado todo este tiempo las mujeres artistas?
Pues habría que buscar en los fondos pictóricos de los grandes museos para dar con respuestas. Detrás de las firmas de quienes se apropiaron de sus obras, detrás de nombres masculinos, o de generaciones de artistas de las que no encontramos datos porque la historia se ha encargado de hacerlos desaparecer.
Pues, si bien las iniciativas de las Guerrilla Girls tocaron las conciencias de los museos, los cambios ya venían de antes. Concretamente, la segunda ola del feminismo fue de vital ayuda a la hora de configurar nuevas perspectivas de los museos y su contenido. Su sentido pionero puede ser criticado en tanto a su inclusión de ciertos sectores de mujeres, pero sentó las bases para movimientos artísticos de alto contenido político que buscaban responder al imperialismo que rezumaban entonces EEUU y Reino Unido. Y fueron tan importantes que trascendieron las barreras geográficas hasta llegar a nuestro país, aunque la política post-franquista ocultó todas sus figuras hasta 20 años más tarde.
Las mujeres representamos según estadísticas elaboradas por la asociación “Mujeres en las artes visuales” (MAV) de 2012, más de un 50% de las visitas de los museos de arte en España, y sin embargo, representan, según las mismas estadísticas, un 13% de las colecciones de los museos españoles. Esto resulta revelador, porque significa que no hay falta de interés por parte de las mujeres (de hecho, las mujeres graduadas en Historia del Arte suponen un 74%) sino que se encuentran con barreras y necesidades que suplir. Una necesidad de que ocupar puestos visibles, puestos de poder, una necesidad de que la maternidad no determine su futuro laboral, y sobre todo, necesitan un empuje por parte de sus compañeras, al igual que los ánimos que diera el activismo de nuestras predecesoras a crear un arte más político, más comprometido; una contracultura que sirva no solamente para colocarnos en las galerías de arte, sino para otorgarnos los reconocimientos siendo conscientes de que «nuestra carrera profesional puede repuntar cumplidos los ochenta años» como decían las Guerrilla Girls.Artículo publicado originalmente en el blog Política de lo Personal, el 2 de junio de 2018