inés de hueso

Categoría: blog

  • Mujeres y museos (I): ¿Dónde han estado las mujeres artistas?

    Al final de la década de los ochenta, las Guerrilla Girls, un grupo de activistas feministas y antirracistas, denunciaban por medio de affiches la poca presencia de mujeres artistas en el Metropolitan Museum of Art (MET), con respecto a la aparición de desnudos femeninos en las obras del mismo museo. Este cartel podría reflejarse en cualquiera de los grandes museos del mundo, considerando las estadísticas, no muy cuantiosas, que tenemos en este aspecto.
     El National Museum of Women in the Arts (NMWA), uno de los museos más importantes del mundo en cuanto a arte realizado por mujeres se refiere, recoge en un apartado de su página web, hechos relativos a la presencia de las mujeres en el ámbito del arte.
    Hechos tales como que el trabajo de mujeres artistas representa solamente entre un 3-5% de las colecciones permanentes de EEUU y Europa, y un 34% en los museos estatales de Australia. Que tres de los grandes museos de arte a nivel mundial como lo son el British Museum, el MET o el Louvre de París, nunca han tenido directoras mujeres. En el caso español, los grandes museos se reservan también sus grandes puestos; tan sólo el Reina Sofía ha tenido directoras mujeres (si bien es cierto que mujeres dirigen otras áreas de menor responsabilidad o museos de tallas medianas).
     El hecho es claro. La presencia de las mujeres trasciende la reflexión de artista como productora y su representación. “Lo verdaderamente transgresor no es conformarse con estar representadas y visibles, lo transgresor es atreverse a transgredir la herencia cultural”.
    Una herencia cultural que ha sido vilipendiada a lo largo de los siglos por instituciones y personajes que menospreciaron el trabajo de las mujeres hasta hacerlo pedazos, hasta hacerlo desaparecer. En todos los contextos históricos han existido excusas para invisibilizar mujeres; si en el siglo XIX los varones blancos y burgueses consideraban a sus mujeres meros objetos, en el siglo XX los mayores éxitos de las mujeres culminaban cuando ellas se «llegaban a parecer a hombres». 
    Esta herencia ha sido recuperada a trozos, mal o tarde, haciendo que, a día de hoy, fuera de los círculos de historiadores, no tengamos referencias de grandes ejemplos de mujeres artistas, menos aún que hayan conseguido éxito por medio de su trabajo artístico y no por la dramatización de su biografía. Esta falta de referencias, por otro lado, no quiere decir que estas mujeres no hayan existido o que no tuvieran reconocimiento, sino que la historia las ha condenado al olvido. De hecho, los movimientos para la representación del arte en los museos, ya fuera mediante las Guerrilla Girls o por otros movimientos como la segunda ola del feminismo, han dado resultados más que sorprendentes, pero para nada inesperados. En el libro “el protagonismo de las mujeres en los museos”, Asunción Bernárdez Rodal nos habla en uno de los capítulos introductorios sobre este tema precisamente, y pone sobre la mesa soluciones que hoy vemos a la vista de todos.
    Desde la mirada con una perspectiva de género de los fondos de mujeres, hasta la apertura de museos de todas las índoles dedicados al trabajo de las mujeres, museos dedicados al arte creado por las mujeres con ejemplos tales como el NMWA, el Fem Art Museum de Amsterdam o el Museo de Artistas Mexicanas, por no hablar de todas las colecciones privadas que ya contarán con grandes y completas remesas de artistas entre sus filas. O iniciativas tales como la del NMWA, que en 2017 planteó el reto “Can you name #5WomenArtists?” donde más de 520 organismos nacionales e internacionales, además de 11.000 individuales se unieron a esta campaña para difundir la obra de mujeres artistas. 
    Si es un hecho que las obras de arte han existido, si es otro que los movimientos de empoderamiento han sacado a la luz cantidades ingentes de obras, la pregunta es: ¿dónde han estado todo este tiempo las mujeres artistas?
    Pues habría que buscar en los fondos pictóricos de los grandes museos para dar con respuestas. Detrás de las firmas de quienes se apropiaron de sus obras, detrás de nombres masculinos, o de generaciones de artistas de las que no encontramos datos porque la historia se ha encargado de hacerlos desaparecer.
    Pues, si bien las iniciativas de las Guerrilla Girls tocaron las conciencias de los museos, los cambios ya venían de antes. Concretamente, la segunda ola del feminismo fue de vital ayuda a la hora de configurar nuevas perspectivas de los museos y su contenido. Su sentido pionero puede ser criticado en tanto a su inclusión de ciertos sectores de mujeres, pero sentó las bases para movimientos artísticos de alto contenido político que buscaban responder al imperialismo que rezumaban entonces EEUU y Reino Unido. Y fueron tan importantes que trascendieron las barreras geográficas hasta llegar a nuestro país, aunque la política post-franquista ocultó todas sus figuras hasta 20 años más tarde.
    Las mujeres representamos según estadísticas elaboradas por la asociación “Mujeres en las artes visuales” (MAV) de 2012, más de un 50% de las visitas de los museos de arte en España, y sin embargo, representan, según las mismas estadísticas, un 13% de las colecciones de los museos españoles. Esto resulta revelador, porque significa que no hay falta de interés por parte de las mujeres (de hecho, las mujeres graduadas en Historia del Arte suponen un 74%) sino que se encuentran con barreras y necesidades que suplir. Una necesidad de que ocupar puestos visibles, puestos de poder, una necesidad de que la maternidad no determine su futuro laboral, y sobre todo, necesitan un empuje por parte de sus compañeras, al igual que los ánimos que diera el activismo de nuestras predecesoras a crear un arte más político, más comprometido; una contracultura que sirva no solamente para colocarnos en las galerías de arte, sino para otorgarnos los reconocimientos siendo conscientes de que «nuestra carrera profesional puede repuntar cumplidos los ochenta años» como decían las Guerrilla Girls.  

    Artículo publicado originalmente en el blog Política de lo Personal, el 2 de junio de 2018

  • Juana Biarnés, fotoperiodista o mujer fotoperiodista

    «Yo siempre quise que me pusieran fotógrafo (refiriéndose a la credencial) más que fotógrafa. Yo quise invadir el terreno fotógrafo».

    Joana Biarnés

    Hasta bien entrado el siglo XIX, la historia de la fotografía se había configurado para las mujeres como un escaparate en el que ser musas y magas inspiradoras. Su único trabajo en el campo de la fotografía se había relegado a labores domésticas dentro del ámbito laboral, como la organización de los talleres fotográficos, ayudantes en las sesiones fotográficas o en excepcionales casos, ayudando en el proceso de revelado de las fotografías.
    Si bien como musas no habían tenido ningún papel activo en la obra de arte, no mucho lo tenían detrás, donde figuraban dentro de la autoría como «fotógrafo con apellido y sra.», muchas de estas llegando a recibir esta acepción después de la defunción del marido. Existen muy pocas excepciones de este fenómeno, como el caso de Marisa Flórez, a la que no nos refereriremos ahora específicamente.
    Juana Biarnés vive en el «entorno fotográfico», aunque esta vez sin necesidad de tener un apelativo misógino en su mentalidad, siendo aprendiz de su padre sin tener exactamente voluntad de fotógrafa. Esa voluntad paterna de la integración en el mundo de la fotografía como herencia familiar crea un pequeño cambio que en el caso de Juana vendrá por un verdadero compromiso profesional para con su padre.
    El documental «Una entre todos» muestra la biografía de Juana Biarnés haciendo un recorrido cronológico de su trabajo fotográfico, pero también como muestra de sus hándicaps dentro del periodismo en un momento en que la mujer solamente era vista como algo inherente al ámbito familiar.


    Juan Biarnés i Jornet, fotógrafo deportivo de Terrasa y también padre Juana, cree en su potencial y siempre la motivará para seguir sus pasos, fotoperiodista, en su caso, en el ámbito deportivo. Ella misma cuenta su primera gran incursión en la fotografía como soporte de su padre para el descubrimiento de unos alpinistas y más adelante convertida en un soporte muy grande del trabajo de éste, cubriendo la fotografía deportiva. A pesar de graduarse exitosamente en la Escuela de Periodismo de Barcelona, se encontró las puertas cerradas al trabajo por ser mujer. Ella no desistió, y durante toda su carrera fotográfica se dedicó no solamente a su trabajo, sino a allanar terreno para las fotoperiodistas que vendrían después.
    “─¿Usted sabe dónde se quiere meter?─Yo sí, quiero ser fotógrafo de prensa.─Niña, esto es un trabajo de hombresY aquí se acababa el diálogo” ─ Juana Biarnés (Una entre todos)
    Fuera o no un trabajo de hombres, Juana logró grandes muestras fotográficas y periodísticas, como cuando cubrió la inundación de Tarrasa en 1962 en conjunto con su padre o toda una crónica de los famosos de los años 60 y 70, por donde abrió una gran ventana que arrojó luz no solo de las venturas y desventuras de estos famosos, sino de acontecimientos que atañían a la Historia de España, en un momento donde el periodismo desenfadado todavía estaba por aparecer.
    En ese sentido, una de sus más importantes facetas la lleva a cabo a partir de 1963, año en el que empezó a trabajar para Pueblo, uno de los periódicos más importantes del régimen, bien por su pluralidad de opiniones o por su actitud desenfadada, y en el que Juana se mantuvo como única “mujer fotógrafo” hasta 1967. Ella misma relata como tuvo que trabajar su presencia en los lugares de prensa, hasta tal punto de ser increpada constantemente por los grises en los momentos en que tenía que acudir al Congreso, no dejándole entrar en las Cortes y mofándose de ella. 
    Haciendo uso de su gran inteligencia, Juana logró aprovechar esa desventaja de no ser tomada en serio dentro de su ámbito de trabajo para tornarse camaleónica, dando como resultado grandes y astutos reportajes, que le acercaron de forma nada frívola a los personajes de esa época, entre los que podemos destacar la Duquesa de Alba, Lola Flores, Dalí, o incluso llegar a acompañar a Massiel a elegir vestuario para Eurovisión. Pero también con reportajes sobre Roman Polanski, Los Beatles, Serrat o un trabajo que se expandiría más allá del tiempo trabajado en Pueblo, siendo una persona cercana a Raphael, encargada de muchas portadas de sus álbumes. 
    A lo largo de su vida, Juana experimentó con la fotografía artística, deportiva (se le daba bien retratar escenas de fútbol), social, retrato o de moda. Hacia el final de su carrera llegó a montar su propia agencia fotográfica, SincroPress, aunque hay quienes desde tiempo atrás ya habían considerado a Juana como una mujer agencia, que podía abarcar el trabajo de toda ella. Se conoce que este abarca unas 50.000 fotógrafías en lo que se refiere a sus tres décadas de trabajo. 
    Con el retorno de la prensa amarilla, Juana Biarnés empezó a alejarse del periodismo para dedicarse a la cocina, una etapa de su vida a la que dedicó enteramente la pasión con la que había vivido la fotografía, llegando por momentos a olvidar un empleo que tanto había significado para ella y para la sociedad española. Y aún pasó un tiempo hasta que ella consiguiera recordar quién había sido, trabajo que ha sido expuesto incorporándola también a las apariciones públicas en seminarios como el de Fotografía de Albarracín.
    Su trabajo ha integrado una parte de la investigación que ha llevado a cabo Mónica Carabias de la Escuela de Fotografía LENS.
    Además de condecoraciones tales como la Cruz de Sant Jordi a su trabajo, el festival PHotoEspaña le dedicó un libro monográfico y una exposición de su trabajo fotográfico en Zaragoza («Juana Biarnés. A contracorriente») comisariada por Chema Conesa en el año 2017. Su trabajo formó parte también de la exposición «Fotografes pioneres a Catalunya» organizada por el Instituto Català de les Dones, que supuso un precedente en lo que a la representación de la mujer fotógrafa se refiere.

    Artículo publicado originalmente en el blog Política de lo Personal, el 15 de julio de 2018

  • Propaganda, humor y empoderamiento en el arte del sufragismo

    El Daily Mail (…) llamó a los miembros de la Unión «Suffragettes», añadiendo el diminutivo feminizado al final de la palabra (…) Su objetivo era usar humor inofensivo para denigrar las dimensiones políticas de la WSPU haciéndola parecer ultra femenina y en consecuencia, algo frívola.

    Krista Cowman

    El 6 de febrero de 1918 se aprueba la Ley de representación de los pueblos, que permite a mujeres mayores de 30 años con requisitos mínimos de propiedad, votar. La Ley de Parlamento (calificación de la mujer) en ese mismo año, permitió a las mujeres formar parte del Congreso como diputadas. Diez años después, en 1928, la Ley de representación de gentes permitiría votar a las mujeres mayores de 21 años en Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
    El camino para llegar a estas leyes no fue fácil. Las peleas fueron muchas y también los frentes por los que atacar. En esta coyuntura, el arte fue una herramienta fundamental para reflejar la realidad de las mujeres, pero sobre todo, para combatir de la forma más inteligente que sabían. Existieron numerosos colectivos de diferentes ideologías políticas dedicados a la producción de cartelería, postales y toda clase de imágenes que sirvieran tanto en las manifestaciones como forma de contestar a todas las mofas en contra del sufragio.

    Eran numerosas las formas en que ridiculizaban a las mujeres, atacando su femineidad, su estupidez, o rebajándolas al mínimo nivel. En cuanto a representaciones contra el sufragio existen numerosas, que a veces eran contestadas por las integrantes de los grupos artísticos pro-sufragio.
    En las postales, por ejemplo, era usual la representación de mujeres como animales y más comúnmente como gatos, lo que nos deja una de las postales más famosas en contra del sufragio. Fundamentalmente buscaban infantilizar a las mujeres, convirtiendo su lucha en algo secundario, relacionándolas con elementos tradicionalmente femeninos, inofensivos o ridículos. Las humillaciones se extendían a todos los extremos, desde ridiculizarlas a desearles la muerte.

    Artists’ Suffrage League (ASL)
    Fue el primer grupo de artistas por el sufragismo. Fundado por Mary Lowndes en 1907. También integrado por Emily Ford, Barbara Forbes, May H Barker… etc. Su función era proveer de material gráfico y propagandístico que pudiera ser usado por las mujeres en las manifestaciones como forma de cambiar la opinión parlamentaria sobre el sufragio femenino. Entre algunas de sus más importantes intervenciones podemos destacar el diseño de 16 pósters para la manifestación del 13 de junio de 1908 organizada por la NUWSS o la organización de una competición de pósters en 1909, para el que ganó la propuesta de Duncan Grant con su póster «handicapped».

    Suffrage Atelier
    Fundado en 1909 por Laurence Housman, Clemence Housman y Alfred Pearse. Sus métodos de propaganda abarcaban diferentes soportes, llegando incluso a utilizar sus propias viviendas como talleres improvisados para crear los carteles. Fue un grupo menos organizado y contaba con menos profesionales. El Suffrage Attelier era una muestra de esta variedad de ideologías, donde sus fundadores eran hombres de derechas. Entre algunos de sus miembros podemos destacar la participación de Pamela Colman Smith, quien sería conocida posteriormente por las ilustraciones del Tarot Rider Waite. Dentro de sus creaciones artísticas tenían su propio código de colores, a diferencia de los colores usados por la NUWSS; blanco, verde y morado.

    Woman’s Social and Political Union (WSPU)

    Fundada en 1903, no era precisamente una institución artística, pero al contar con unas fuentes con fuertes raíces culturales además de influjo del socialismo y del Partido Laborista Independiente fueron creadoras de diferentes materiales culturales y de postales satíricas con las que respondían los intentos de sabotaje del movimiento sufragista. Entraba en contradicción con la NUWSS, que desde el principio había abogado por medidas más «constitucionales» mientras que la WSPU se había lanzado a los disturbios violentos.

    Las imágenes trascienden las cuestiones estéticas, siendo sobre todo, empoderantes y útiles, fáciles de transmitir, vistosas y siempre con los colores representativos, que variaban a veces según la organización artística que las realizara. El arte no dejó de ser importante ni siquiera después de conseguir el voto femenino, cuando decoraron el Queens Hall en Londres para la marcha realizada en 1918 con motivo de la celebración de la victoria conseguida.

    Además de las manifestaciones visuales, existen otras que si bien pudiesen ser menos famosas no por ellos eran menos importantes como la escritura, por medio de la Women Writers Suffrage League, fundada por Cicely Hamilton, de donde salíeron algunas obras teatrales de temática sufragista que interpretaba otro colectivo de artistas, la Actresses’ Franchise League. Entre estas obras destacan «How the vote was won», «Votes for women», o «A Pageant of Great Women».

    En una combinación entre las disciplinas visuales y escritas encontramos «Beware! A Warning to Suffragists», un panfleto publicado en 1908 por la Artists’ Suffrage League donde participaron Mary Lowndes, Dora Meeson Coates and C. Hedley Charlton a las ilustraciones y Cicely Hamilton escribiendo los textos, con una edición original de 700 copias, que mandaba mensajes dentro de su tono cómico para instar a las mujeres a luchar por su voto.

    En conclusión, esta retrospectiva nos demuestra varias cosas: en primer lugar, que el arte constituye un reflejo de la realidad social y política, esto es, que la realidad le es necesaria para existir. En segundo lugar, que el arte nunca está carente de ideología, pero que existen numerosas formas de responder a la ideología dominante. Y por último, que el arte constituye una gran fuente de documentación histórica sobre un proceso como fue el sufragismo, una muestra más de que la creación artística es un producto colectivo, un movimiento grupal que trasciende hasta nuestros días. Así, las teorías de hoy no serían nada sin la lucha de sus predecesoras.

    Publicado originalmente en el blog Política de lo Personal el 26 de agosto de 2018

  • Los exilios de Remedios Varo

    La importancia de Remedios Varo no es solo una cuestión de biografía; la trascendencia que ha tenido no abarca tan solo la pintura mexicana, sino el surrealismo y el camino de emancipación de la mujer como artista. Fue una de las primeras mujeres en estudiar dentro de la Academia de Bellas Artes San Fernando, donde coincidió con personajes como la pintora Maruja Mallo o Dalí, además de conocer al círculo de la Residencia de Estudiantes. Aun con sus aportaciones al surrealismo, ni siquiera figuraba entre las listas oficiales de este movimiento. Pero eso no quiere decir que no perteneciera a él. La Historia del Arte trata ahora de recomponer sus pedazos. Remedios Varo (María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga) (16/12/1908 -8/9/1963) España> Francia> México. Movimientos encuadrados: surrealismo, logicofobismo, pintura metafísicaRemedios representa al exilio. El exilio político por la Guerra Civil, por la Guerra Mundial y también de sus expectativas como mujer. La mujer musa y la mujer objeto de deseo por la mujer artista, la mujer creadora y la mujer libre. Prolífica desde niña, en parte por la comodidad que le brindaba la aristocracia y en parte por las lecciones de costura de su abuela y de dibujo técnico que le daba su padre, ingeniero hidráulico, que la llevaba por los museos y le dejaba sus libros sobre ingeniería y sus conocimientos de la perspectiva, las matemáticas y el dibujo técnico. También vio influencias en obras de pintores como Goya, El Bosco, o en los naipes usados para el tarot.Eso nos da como resultado, obras con una gran cantidad de trabajo y maestría, de texturas y con grandes detalles, luminosas y vivas, que recuerdan mucho a las miniaturas medievales.Su vida aparece reflejada en obras con personajes oníricos, muchas veces con un género poco definido, pero que siempre aluden, dentro de un mundo de ensueño a marcas de su vida, como fueron el paso por un colegio católico, sus primeros amores, sus inquietudes como mujer o el exilio. Todos estos personajes repiten muchas veces un esquema físico; la cara en forma de corazón, los ojos almendrados, la nariz larga y afilada con una melena llena de pelo, que son en realidad una repetición constante de autorretratos. Varo, decía al respecto: “No quiero hablar de mí porque tengo arraigada la creencia que lo importante es la obra y no la persona”. En ese aspecto, supo crear un mundo que hizo propio, en el que su interés por la filosofía, las ciencias y la alquimia, además de las creencias trascendentales crearon, dentro de los sueños, un agujero por el que entraba el sentido racional, y que combinado con sus conocimientos técnicos dio como resultado una obra de gran calidad, extensa sobre todo en la década de los 50 y 60, al establecerse en México después de haber sido rescatada de un campo de concentración en 1941 por el Comité para Rescates de Emergencia. Sus propias obras nos permiten hacer una cronología de los acontecimientos más importantes de su vida y de sus grandes anhelos, así como de su modo de vida en cada momento. Porque no solamente pintó obras, sino que hizo dibujos, diseñó trajes para representaciones teatrales, diseñó carteles publicitarios e incluso colaboró en sus reuniones con artistas surrealistas para hacer la tipología del “cadáver exquisito”.  Su etapa más prolífica se dio en México, donde pasó gran parte de su vida hasta su muerte, y de la que fue naturalizada. Allí pintó gran parte de las obras más conocidas y se ganó el nombre de pintora, pese a toda su carrera previa como artista. Conoció a artistas como Frida Kahlo o Diego Rivera, y encontró grandes amistades como la de Leonora Carrington, que admitió que la presencia de Remedios le había cambiado la vida. Es curioso que Frida Kahlo, quien no conocemos que directamente lo hiciera, pero cuyas suposiciones son más que fundamentadas, pasara algún tiempo con Remedios y no sacara su nombre a relucir. He querido destacar unas obras concretas que pueden ilustrar visualmente los temas en los que, consciente o inconscientemente, Remedios Varo retrató el exilio y a sí misma, como uno de sus experimentos de alquimia.

    “Simpatía” 1955. También llamado “La rabia del gato”. Remedios Varo representa la relación entre las mujeres y los gatos. También usa una estructura común en sus cuadros, donde introduce temas complejos en situaciones cotidianas. Remedios Varo, además, siempre se rodeó de gatos y según recuerda su sobrina, solía cogerlos de la calle y alimentarlos. Con respecto al cuadro, Varo explica: “El gato de la señora salta sobre la mesa produciendo los desórdenes que es costumbre tolerar si uno quiere a los gatos (como me pasa a mí). Al acariciarlo brotan tantas chispas que forman todo ese artilugio eléctrico complicado, algunas chispas y electricidad. Van a la cabeza de ella y son aprovechadas para hacer rápidamente una ondulación permanente”.

    El tríptico compuesto por “Hacia la torre”, “Bordando el manto” y “La huida”, pintado en 1960 es especialmente interesante porque cuenta de forma cronológica episodios de su vida estudiando en un colegio católico, una etapa que sin duda la marcaría. Seguía por entonces la tradición religiosa de su madre y por otro lado, era el lugar destinado a las jóvenes para prepararlas en vida matrimonial, enseñándoles las labores como la costura. La representación de alumnas encerradas en torres es muy común, aludiendo a la soledad, criticando el puritanismo y el arcaísmo de las instituciones educativas españolas, y que termina con la huida de Remedios de la escuela, enamorada de un joven Gerardo Lizarraga, que la llevó a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

    Un último cuadro, “Ruptura”, pintado anteriormente, en 1955, cerraría el ciclo de su vida en el que deja atrás el colegio católico. Pero no solamente deja atrás un colegio, sino también a la mujer española, la mujer atada a las normas de la rectitud, para tomar la iniciativa e incorporarse activamente al mundo del arte, al que quería pertenecer, y que la verá florecer en el exilio como una artista de la que hoy se está recuperando el reconocimiento que no consiguió lograr en su momento, para recolocarla, junto a otras de sus compañeras, en el espacio que se merece.
    “La liminalidad en la obra pictórica y poética de Varo responde a una necesidad de crear un espacio nuevo para el sujeto femenino, un espacio contestatario que rompe con la tradicional dualidad objeto/sujeto para presentarse como entidad fluctuante y plurivalente”


    Enlaces de interés: “Viajes inesperados: El arte y la vida de Remedios Varo”. Janet A. Kaplan http://www.remedios-varo.com/http://clio.rediris.es/exilio/remediosvaro/ObrascomentadasRVaro.htmhttp://www.academia.edu/5281615/El_tr%C3%ADptico_de_Remedios_Varohttp://www.jornaldepoesia.jor.br/ag43varo.htm Programa “Imprescindibles” de TVE: Remedios Varo

    Artículo publicado originalmente en el blog Política de lo Personal, el 20 de abril de 2018

  • El «radiante porvenir» del Realismo Socialista

    «Cómo tratamos la memoria de otros es cómo nuestra memoria será tratada» – Dimitri Shostakóvich

     

    Intentar abarcar el realismo socialista en un solo artículo es imposible. Como también lo es pretender de hablar de una exposición de realismo socialista sin entrar un poco en el contexto y el meollo de la cuestión. Hoy os vengo a hablar de la exposición anual de la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo en la que estuve en las últimas vacaciones de Semana Santa.

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  • El arte de: Transmetropolitan

    Os pongo en antecedentes. Unos cinco meses atrás, yo ya me había metido un poco en la costumbre de leer cómics cuando busqué (con maravilloso resultado) Transmetropolitan. Era un cómic largo. Me daba lo mismo. Era (post)cyberpunk (de esto os hablo otro día). Esto tenía que ser bueno. Pasé meses enteros leyéndolo. Lo disfruté. Enormemente. Escribí una reseña sobre él. Pero había conseguido lo que no muchos libros habían conseguido. Pararme a ver los dibujos más de dos segundos. Decir «hostia, está para enmarcarlo». Y ahí es cuando le empecé a dar vueltas a muchas no, muchísimas cosas sobre este blog. Sobre si debía dedicarle tiempo a hablar de cómics. Sobre si los cómics eran arte. Sobre si la gente que leía este blog le importaría leer sobre cómics. Sobre si la vida tenía sentido. Sobre si me vendría bien dormir más de cuatro horas seguidas. Da lo mismo.

    El caso es que después de verano, he conseguido salir de las preguntas y he decidido empezar la sección, «El arte de». Y este cómic tenía todas las papeletas para ser el que lo inaugurara. Pero no tenía mucho sentido que volviera otra vez a hablar de lo mucho que me gustaba el cómic, para eso ya tenía una reseña y gente a quien contárselo. Así que estuve investigando y haciendo mis reflexiones. Ya orientadas a lo que había sacado del cómic, además de cinismo, humor ácido y lágrimas porque el espíritu de Spider Jerusalem muriera en los 60. Así que os voy a hablar de lo que he encontrado.

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  • Artexpress: Vivian Maier

    Descubrí a Vivian Maier hace unos años, en un artículo de El País donde se reconocían las figuras de artistas que fueron muy importantes para el desarrollo de la fotografía. El hecho de Vivian era que, durante años, había estado fotografiando sin parar hasta conseguir la friolera de 100.000 negativos y no fue hasta 2007 cuando un historiador dio con algunos de ellos, tirando del hilo hasta sacar a la luz el trabajo de toda una vida. Hoy le dedico este espacio a esta fotógrafa y a su trabajo, ya que además de ser una artista estupenda, es una de mis artistas favoritas.

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    Vivian Maier (Nueva York. 1/3/1926 – Chicago. 21/4/2009). Estilos-movimientos encuadrados: fotografía callejera

    A diferencia de otros artistas, no contamos con un recorrido histórico concreto por la vida de Vivian que nos hablara de academias o escuelas por el momento. Las referencias a las que más se apunta desde que se ha estudiado su vida (sólo diez años desde que se descubriera su figura) se remiten a la fotógrafa Jeanne Bertrand, con la que compartió entorno de vida y de la que podría haber tomado las primeras «clases» e influencias de fotografía. Además, tenemos que tener en cuenta que Vivian Maier no se dedicó de forma profesional a la fotografía, a pesar de la calidad que podamos deducir de todo su trabajo.

    Vivian Maier fue, durante toda su vida, niñera en diferentes puntos de Estados Unidos, que abarcan sobre todo Nueva York y principalmente Chicago, donde estuvo trabajando para varias familias. A lo largo de su vida abarcó diferentes estilos, pasando del blanco y negro al color, de un formato más apaisado a cuadrado y siempre teniendo en cuenta que muchas de las fotografías y proyectos de vídeo y cine nunca pudieron ser revelados por ella, que fueron revelados posteriormente. Usaba como estudio de revelado su propio baño y terminó por almacenar gran parte de su obra en espacios de los que más tarde se tuvo que desprender.

    Aun con este espacio a medio rellenar en su carrera fotográfica, lo que es evidente es que tenía un estilo propio, que logró almacenar imágenes de la sociedad de la época, de las clases y grupos más marginales, toda clase de autorretratos y paisajes, en los que jugaba con las exposiciones, los colores, los reflejos, las luces y las sombras.

    Siempre pasando desapercibida. Siempre parece claro el espacio privado que ocupa, y siempre las personas que la rodearon lo tenían claro. Tan privado que hasta hace que se desvanezca en las dobles exposiciones, en peluquerías, en las sombras en las estaciones de tren y en los carteles, fundiéndose con otros mensajes, que son ella pero que han salido de su boca.

    “We have to make room for other people. It’s a wheel. You get on. You go to the end. And someone else has the same opportunity to go to the end. And so on. And somebody else takes their place.» – Vivian Maier

    Enlaces de interés:

    https://elpais.com/cultura/2016/07/06/babelia/1467804912_096376.html – Artículo de El País al que me refiero al principio

    http://vivianmaier.blogspot.com.es – El descubridor de los negativos de Vivian Maier ha publicado desde 2007 nuevos revelados de fotografías suyas. Cuenta además con información adicional sobre su vida y la aparición de los negativos.

    http://www.vivianmaier.com – Página oficial con toda la información básica referente a Vivian, desde su biografía a datos curiosos como las cámaras y las películas que usaba.

     

  • Artexpress: Kathe Kollwitz

    Hoy os vengo a hablar de un descubrimiento reciente. Estaba recopilando información sobre expresionismo alemán cuando me topé con la figura de Kathe Kollwitz y me fascinó. Y aunque no sé hasta qué punto había sido reconocida, quería dejarle aquí un espacio para que podáis investigar sobre ella y haceros una idea general de su trabajo.

    Como no quería hacer una entrada explícitamente biográfica, he decidido centrarme en su producción artística, así que más abajo os dejaré unos enlaces por si queréis saber más sobre la vida de esta artista (que tuvo para dar y tomar).

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    Kathe Kollwitz (8/7/1867 – 22/4/1945) Alemania. Movimientos encuadrados: realismo crítico, expresionismo alemán, arte degenerado

    La historia del arte de Kathe Kollwitz es la historia del retrato de la clase trabajadora. Los temas que trabajó; la crudeza del siglo XX, la población pobre, una propaganda contra el nazismo que estaba en auge, el pacifismo, el discurso contra la guerra e incluso los derechos de la mujer. Trabajó todos estos temas fundamentalmente en grabados (xilografías, litografías, aguafuertes(*)) aunque también trabajó dibujos con carboncillo, óleos e incluso esculturas.

    A lo largo de su vida encontramos una larga línea de formación que abarca desde maestros (pintores) muy concretos hasta escuelas, como la Academia de Mujeres en Berlín, la Academia de Mujeres de Munich o la Academia de Artes de Prusia, donde sería la primera mujer estudiante y posteriormente profesora fija. Además, tenemos que tener en cuenta que contó con una educación religiosa desde muy pequeña, lo que le dotó de cierta sensibilidad con respecto a las clases bajas, aunque fue con su matrimonio con un militante socialista , la introducción en estos círculos y su formación cuando su interés por las clases bajas se materializó por un mensaje político claro.

    En sus etapas artísticas podemos encontrar sus primeras series de grabados «La rebelión de los tejedores» (1893-97). Le siguieron «El levantamiento» (1899) y el «Baile de la guillotina» (1901), pero fue La rebelión de los tejedores la obra que le dio renombre. Entre 1902 y 1908, realiza otra gran serie, «Guerra de los campesinos». Las primeras series estarían basadas en modelos literarios. También hizo algunas xilografías como la series «Guerra» (1921-1922), «Proletariat» (1925) y unas últimas litografías en las series «Muerte» que estarían entorno al final de su vida.

    Además, también hizo importantes trabajos como cartelería por el derecho de la mujer, el antibelicismo, o el antifascismo y esculturas, como un gran conjunto aludiendo a la muerte de su hijo (**), «The Grieving Parents«. Como dato interesante podríamos destacar el estudio que le dedicó a la novela de Emile Zola «Germinal«, por la que estuvo un tiempo frecuentando bares donde tomar inspiración del modelo de personajes y para el que planeó una serie que al final no llegó a terminar.

    El nazismo arremetió fuertemente contra los artistas de vanguardia. Las obras de Kathe Kollwitz fueron incluidas en la Exposición de Arte Degenerado en julio de 1937 donde había cientos de pinturas que buscaban ridiculizar el arte de vanguardia. En contraposición se hizo una exposición que vanagloriaba el Gran Arte Alemán que presentó el propio Hitler. Irónicamente, el nazismo utilizó una de sus obras más conocidas, “Madre e hijo”, para hacer propaganda fascista.

    Su última serie fue «La muerte» (1933), donde se pueden apreciar las marcadas influencias expresionistas. En 1936 la Gestapo arresta a ella y a su esposo. Ambos había decidido suicidarse, cuestión que no llevaron a cabo debido a que su reconocimiento les permitió abandonar Berlín.

    https://www.laizquierdadiario.com/Kathe-Kollwitz-en-el-mundo-de-las-atrocidades

     

    (*) Glosario

    xilografía: Técnica de grabar imágenes en una plancha de madera vaciando las partes que en la reproducción o impresión deben quedar en blanco.

    estampe

    litografía: Técnica de grabado consistente en el uso de un lápiz graso sobre una plancha de piedra porosa. Al humedecer la plancha y poner tinta encima, solamente quedaba tinta allá donde se había dibujado.

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    aguafuerte:  Técnica de grabado «indirecto» consistente en aplicar barniz, antiguamente cera, sobre una plancha de metal y dibujar sobre ella. Hecho esto, se introduce en un baño ácido que corroerá el metal por aquellas zonas que hemos dibujado. A mayor tiempo de inmersión, o concentración, los surcos serán más profundos, por lo que al entintar se depositará más tinta dando lugar a líneas más oscuras.

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    (**) La muerte de su hijo combatiendo en la Primera Guerra Mundial tuvo un gran condicionamento en su vida, como también presencia en sus obras, esculturas y grabados.

    Enlaces de interés

    Museo de Kathe en Colonia (ale/ing/fra): http://www.kollwitz.de/default.aspx

    Biografía breve (ing): https://nmwa.org/explore/artist-profiles/kä-kollwitz

    Biografía breve (esp): https://www.laizquierdadiario.com/Kathe-Kollwitz-en-el-mundo-de-las-atrocidades

    Colección en Wikiart: https://www.wikiart.org/en/kathe-kollwitz

    Serie «Guerra», página de expresionismo alemán en el MoMa: https://www.moma.org/s/ge/collection_ge/artist/artist_id-3201.html

  • El arte en los campos de concentración

    Arbeit_Macht_Frei
    «El trabajo te hará libre». Lema escrito a las puertas del campo de concentración de Auschwitz.

    No es de sorpresa que el arte aparezca en los senderos más turbios de la historia. Pese a que algunos se empeñen en ocultarlo, el arte es, hoy día, otro de los documentos muchas veces más crudos y cercanos que poseemos del Holocausto, y los artistas se convierten entonces en reporteros gonzo sin quererlo. Desde los artistas consagrados que buscaban conservar la memoria colectiva, a aquellos que con una Luger P08 en la boca pintaban las caras de seres humanos que serían cadáveres en fosas comunes o humo de chimeneas, o lo eran ya cuando los retrataron. O incluso niños que, huyendo de las manos de los kommando de los campos, retrataban una vida pasada a la que nunca volverían.

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